de instrumentos,
de cables,
de recuerdos,
de bolígrafos gastados y sobretodo de tu perfume.
Saliste de casa sin cerrar la puerta y yo no la empujé por miedo a que te fueras sin llaves y una sordera repentina no me dejara escuchar que sonido tenía tu regreso...
...era suficiente saber que volverías y no permití que mi calor se fuera...
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