jueves, 4 de febrero de 2016

Vidas

Nadie pertenece a nadie.

Somos vidas que se entrelazan,
con libertad suficiente para elegir
entre quedarse o marcharse.

lunes, 1 de febrero de 2016

Sangre que no se ve

Las amistades se eligen.
Y llega un momento en la vida, en el que la familia también.

La felicidad siempre está tras una puerta que nos suele quedar lejos.
Se trata de evitar cualquier tipo de dolor, venga de donde venga.
Ya casi no hay sangre en mi cuerpo
que me recuerde demasiado a casi nadie.

Yo veo esa sangre en los ojos de las personas que me quieren bien,
aunque todos hablen de los vínculos naturales que la vida ofrece sin haber solicitado.
Todos hemos tenido cerca a alguien sobrenatural,
con la capacidad suficiente para hacerte sentir como en casa.
Los referentes que tuve fueron ese oasis que cada uno quiere ver en su propio desierto,
en su huida particular hacia ningún sitio.

Duele, sí, pero ya no tengo interés alguno en darle hueco en mi pecho
a quien no se preocupó por los latidos que faltaban o sobraban en él.