miércoles, 29 de octubre de 2008

A vuelapluma...


(Texto rescatado)
A veces, cuando el cielo parece estar abierto, me elevo por encima de las nubes para mirar a vuelapluma todo lo que ocurre a mi alrededor y poder analizarlo de una manera mas sencilla y concreta.
Nadie me dijo que hacer balance tan de seguido fuera algo negativo. Al contrario. Es asi como aseguro que mis pies permanezcan en el suelo sin apenas despegarse. La coherencia y la humildad deberian ir de la mano en este caso.
Nunca mereció la pena ser quien no fuí, por eso solo me conoce bien quien sabe mirar.
Me revuelve las entrañas tener cerca esa actitud, y por eso me distancio de la no realidad.
Hay quienes vuelan demasiado alto y se despistan al poco sin darse cuenta de que no hay motivos para poder hacerlo, y por eso luego caen al suelo sin remedio para sus heridas y con cicatrices que nos dejan ver quien son....y a veces no quiero mezclarme ni que se me relacione con quien sangra tanta vanidad y mira el resto de los hombros con superioridad...

"...a veces todos miran...a veces hasta aplauden...pero es el mismo suelo el que pisamos...a veces me gusta dar la mano y saludar para que el frio sea menor...sin pretension alguna..."


viernes, 24 de octubre de 2008

La estanquera ya no es de Vallekas...


Resulta que ayer en la comida, mientras hablaba con un amigo (y mientras hablábamos de las miles de cosas de las que se hablan cuando dos amigos no se ven con frecuencia), él me sacaba, sin querer, de un pensamiento de esos que parece venir con uno directamente de fábrica.
Durante toda mi vida he pensado que la película "La estanquera de Vallekas" estaba rodada en Vallecas, en el antiguo bulevar..
Yo siempre he pensado: "Si la película lleva ese nombre tan rotundo es porque no cabe la menor duda...". De hecho recuerdo algunos planos en los que incluso identificaba algunas calles del barrio, pero ya veo que se trataba de algo que solamente cabía en mi imaginación...(aunque es probable que alguna escena se grabara en estas calles para que algún "pringao" como yo se tragara todo esto...).

Supongo que fue algo relacionado directamente con la corta edad de la que yo presumía por aquel entonces y por la mala fama que siempre le ha dado la prensa al barrio.

En otro orden de cosas.
A mí, que la película se grabara o desarrollara en un sitio u otro es algo que realmente me da igual...al menos mi destacable inocencia nunca me hizo pensar que Emma Penella (descanse en paz) había dejado de ser actriz para vender cigarrillos...

Aún siendo consciente de que lo que mi amigo me contaba tenia toda la pinta de ser verdad, yo no dejé de tener cierta esperanza y deposité la confianza suficiente en mi infantil idea como para llegar a casa, encender el ordenador, y buscar esta información.

Ha sido una gran desilusión para mí ver como se desvanecía esta idea mientras leía un articulo que hablaba de ello especificando que el rodaje de esta película se realizó en la plaza de San Ildefonso, situada en el barrio de Malasaña...tal como mi amigo me decía.

Para mí, la estanquera ya nunca será de Vallekas....

lunes, 20 de octubre de 2008

Cinco minutitos más...

(Texto rescatado)

Me ataca cuando menos lo espero, de repente, y se me clava en el cerebro un sonido casi imperceptible antes de su sonido más elevado.

Entre el calor y el sudor me despierto pensando que el día empieza antes de que yo sea consciente de que ayer terminó.
Soy de los que se ponen la alarma para ir parándola de cinco minutos en cinco minutos...lo peor de todo es que a menudo esas paradas tan intermitentes se convierten en media hora, y es por eso por lo que muchas veces mi gesto inicial es de cabreo contenido.
A veces pienso que me gusta sufrir antes de enfrentarme a un nuevo día.
Cada mañana esa idea se me borra antes de salir por la puerta de casa, sobretodo si antes de marchar tengo la oportunidad de darte un beso y un abrazo para que la energía que provoca esto me dé las fuerzas suficientes como para enfrentarme a esta ciudad tan llena de gente que sentimos sobrar...(dos rayos de sol y la gente en el metro ya desprende desde bien temprano el olor que escondían debajo de sus abrigos...).

La vida es fácil contigo y siempre que giro la llave para cerrar la puerta no puedo evitar querer regresar y que el tiempo corra para dar el mismo giro pero a la inversa.

"...la casa todavía huele a la cena y yo sigo cerrando la bolsa de basura para llevarme conmigo todo lo que se puede desechar..."

jueves, 9 de octubre de 2008

Para quien no desea volver a casa...


Me gusta hacer cosas que no son habituales pero no creo ser distinto al resto. Intento dialogar con los que me rodean para objetivizar y dar realismo lo que ocurre pero soy el primero que da los pasos en falso...de eso aprendo y por eso tengo la teoría impecable...para desarrollar una práctica ejemplar dejando claro lo que no hay que hacer...
Yo también me canso aunque sonría, y , ante la firme idea de no querer hacerlo, sé que es más rentable exteriorizar una queja para que a uno le presten atención o alguien se pueda apiadar de algún asunto no merecido que nos ocupe.
Tengo claro que cada uno maneja su propia sangre y que estamos más tranquilos pensando en que ya tenemos bastante con nuestros problemas como para que alguien venga a molestarnos con los suyos.
Nos incomoda hacer cualquier tipo de concesión con alguien que se aleje demasiado de tres o cuatro familiares a la redonda.
Soy el primero que no sacrifica ni un gramo de coherencia por alguien que al día siguiente no va a recordarnos.
Nos mueve siempre el interés sea del tipo que sea.
Nos gusta funcionar individualmente, pero es que no solo es eso...además siempre vivimos con la sensación de que esa desafortunada autosuficiencia nos hace fuertes y seguros por no necesitar a nadie más que a nosotros mismos (y todo esto apenas funciona si aún tenemos la suerte de poseer un sentido común equilibrado).

Cada día te miro y sé que eres tú quien me hace ser mejor persona de lo que soy...aunque a veces no lo consigas o creas no haberlo hecho...y por eso aún puedo escribir estas palabras,...por haber permitido y respetado la personalidad que sin querer otros dejan en un felpudo en el que pisotean la rabia antes de entrar en sus casas simulando bienestar...

lunes, 6 de octubre de 2008

A un metro

Cuando voy en el metro, hay ocasiones en que me siento dispuesto y me gustaría entablar conversación con la persona que tengo a mi lado porque pienso con fuerza en que, algunas veces, hay gente que piensa lo mismo, y, en verdad, podría ser tan habitual como raro. Tantas cosas en común y ni una palabra...

Tengo una amiga que cuando subía al metro de Madrid daba las buenas tardes a la gente que ya estaba dentro (a un volumen de tan sólo dos personas a la redonda, no vayáis a pensar que lo gritaba, aunque eso sería más gracioso...igual se lo propongo...).

El problema (si es que lo hay) reside en que ese tipo de cosas no resultan formar parte de una práctica diaria, y es por eso por lo que siempre que ocurre algo parecido tendemos a pensar que se trata de alguien que no está bien de la cabeza. Sin embargo, creo que todos reaccionaríamos de una forma distinta en un caso especial (se nota cierta complicidad cuando el metro lleva mucho retraso, cuando el conductor desaloja los vagones advirtiendo que "este tren finaliza en..", o cuando se para demasiado entre estación y estación y alguien dice algo así como: "Hay que ver eh...todos los días lo mismo...").
Por ejemplo, sí después de mucho tiempo viendo a las mismas personas en el andén o en la parada del autobús antes de ir a clase o al trabajo (y no saludarlas en ningún momento), nos encontráramos con alguna de estas personas en el extranjero (por ejemplo), creo que no dudaríamos en ningún momento y saludaríamos tranquilamente para comenzar una conversación, porque, de repente, esa situación nos hace sentir más unidos y con más cosas en común(a mi me ha pasado...).

El caso es que estamos viviendo momentos extraños en los que no conocemos ni a nuestros vecinos...ni siquiera a los de nuestra misma planta, y con eso se pierden un montón de cosas.

Recuerdo cuando en Entrevías, mi barrio de toda la vida, toda la gente se conocía, se paraban y se saludaban (nadie tenía tantísima prisa como ahora), se ponían "a la fresca" todas las noches de verano sacando sus sillas a la calle y hacían corrillos hablando de las novedades del bloque y de todo lo que podían, los niños jugaban mientras tanto en la calle hasta que sus madres y abuelas "se recogían"(algunos padres y abuelos también llevaban a cabo esta práctica, por lo que no era una cosa exclusiva de mujeres...).
Recuerdo con cariño el sonido que emitía el camión (enorme trailer que casi no cabía en la plaza) que conducía el padre de nuestro amigo David. Hacía sonar la bocina cualquier tarde de verano mucho antes de poder divisarlo para que nos fuéramos preparando. Este camión era de una conocida marca de helados, y al llegar, siempre nos regalaba algunos de ellos al grupo de amigos. Estos helados eran los mejores del verano porque no nos costaban ni una peseta y sobretodo porque este hombre nos los daba sonriendo...OPS! Disculpad..me he ido del tema...
(Perdón por la nostalgia...)

La conclusión es que ahora prácticamente todos los barrios y ciudades son "zonas residenciales" y parece que no quisiéramos ser conscientes de que todos madrugamos para afrontar nuestras obligaciones, de que de que todos pensamos en la gente que queremos cuando estamos lejos, a todos nos conmueven las mismas cosas, lloramos por las mismas cosas, que reímos de las mismas cosas...al fin y al cabo, por mucho que nos empeñemos en lo contrario, no queremos que nadie se dé cuenta de lo iguales que somos...

Creo que todo esto es debido a la desconfianza generada por los sucesos que acontecen en el mundo y que vemos todos los días en las páginas de nuestros diarios o en las televisiones.

Yo mañana volveré a subir al metro temprano y seguramente actúe de la misma forma que lo hice hasta hoy pero al menos seré consciente y sonreiré al recordar que todo esto lo escribí en uno de esos viajes...

miércoles, 1 de octubre de 2008

Los muebles que llenan tu habitación...


Estos días atrás he tenido la posibilidad de recordar un montón de cosas de mi pasado.
Haciendo limpieza reviso mi vida y me encuentro de nuevo conmigo...a pesar del tiempo pasado y las experiencias vividas.

Me gusta toparme de bruces con mi ayer y valorar donde estoy hoy.


Aún tengo mucho trabajo por delante (sí os parece ya os iré contando), pero entre todas esas cosas he encontrado la grabación de una canción que seguro que mucha gente conoce y que yo tenía en una vieja cinta de cassette.

Os diré que el simple hecho de poder pasar al ordenador el contenido de una cinta es para mí una hazaña extraordinaria, aunque sea algo que roce la simplicidad...


Un abrazo